La gente compra en un supermercado mientras la inflación afecta a los precios al consumidor en Manhattan, Nueva York, Estados Unidos, 10 de junio de 2022. REUTERS/Andrew Kelly/Archivo
La inflación interanual de Estados Unidos bajó al 8,5% en julio en gran parte producto de la caída de los precios del gas y la energía, lo que hace creer que los precios sigan descendiendo. El índice de precios al consumidor global del mes quedó en cero, ya que balanceó los costos de los alimentos, los combustibles y el resto de los productos.
Los economistas esperaban que la inflación bajara del 9,1% registrado en junio. Ese mes, los precios en los surtidores superaron los 5 dólares por galón, mientras la invasión rusa de Ucrania sacudía los mercados energéticos mundiales. Pero los precios de la gasolina, el gasóleo y otros servicios públicos cayeron constantemente en julio, ofreciendo un alivio muy necesario a pesar de los continuos costes elevados de los alquileres, los comestibles y el resto.
Wall Street, por su parte, abrió con una alza del 1,4% tras los reportes de inflación de julio en Estados Unidos. El S&P subía 1,53% en la apertura, el Dow Jones 1,31% y Nasdaq lo hacía en 1,90%.
Las familias y las empresas son las que más han notado el alivio en sus facturas de gas y energía. El índice de la gasolina cayó un 7,7% en julio, y el de la energía un 4,6%. Las tarifas aéreas bajaron por segundo mes consecutivo, y los precios de los coches usados también descendieron ligeramente.
Frente a la bajada de los precios de la energía, los alimentos se siguieron encareciendo, el 1,1% en un mes.
La inflación subyacente, que mide la subida de los precios de consumo quitando los de los alimentos y la energía -los más volátiles- se situó en una tasa interanual del 5,9%, con una subida mensual del 0,3.
La bajada de la tasa de inflación -que en junio había alcanzado su cota más alta en cuarenta años- da un pequeño respiro a la economía estadounidense, que a finales de julio entró en lo que los expertos consideran recesión técnica al encadenar dos trimestres de caídas del Producto Interior Bruto (PIB).
Un diagnóstico que, sin embargo, no comparte el Gobierno estadounidense, que no cree que el país se encuentre en un escenario de recesión dada la robustez de su economía, especialmente de su mercado de trabajo, con una tasa de desempleo del 3,5%.
En cualquier caso, la elevada inflación sigue siendo la principal preocupación del Gobierno y también de la Reserva Federal, que el pasado 27 de julio volvió a subir los tipos de interés, que ahora se encuentran en una horquilla de entre el 2,25 y el 2,5%.
(Con información de EFE)
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