Un empleado bancario armado con un rifle mató a cinco personas en un tiroteo en el Old National Bank de Louisville el lunes por la mañana, mientras transmitía el ataque en vivo en Instagram, según informaron las autoridades. La policía llegó al lugar cuando los disparos todavía se estaban produciendo y mató al tirador en un intercambio de disparos. El tiroteo, el decimoquinto asesinato en masa en el país este año, se produce apenas dos semanas después de otro tiroteo en una escuela primaria cristiana en Nashville.
El jefe de la policía identificó al tirador como Connor Sturgeon, de 25 años, quien dijo que estaba transmitiendo en vivo durante el ataque. Las empresas de redes sociales como Facebook e Instagram han impuesto reglas más estrictas para prohibir el contenido violento y extremista, pero material impactante como el tiroteo de Louisville continúa filtrándose por las grietas, lo que ha llevado a los legisladores y otros críticos a arremeter contra la industria de la tecnología por sus políticas de moderación y salvaguardas descuidadas.
Nueve personas, incluidos dos policías, fueron atendidas por lesiones, y una de ellas, Deana Eckert, de 57 años, murió más tarde. Uno de los oficiales heridos, Nickolas Wilt, de 26 años, se graduó de la academia de policía el 31 de marzo y estaba en estado crítico después de recibir un disparo en la cabeza y someterse a una cirugía. El gobernador de Kentucky, Andy Beshear, perdió a uno de sus amigos más cercanos en el tiroteo, y también murieron en el tiroteo Josh Barrick, Jim Tutt y Juliana Farmer.
El alcalde de la ciudad, Craig Greenberg, calificó el ataque como "un acto malvado de violencia dirigida", mientras que el gobernador Beshear recordó a las víctimas como "personas insustituibles e increíbles que un terrible acto de violencia nos arrancó a todos". Este trágico suceso pone de manifiesto una vez más la necesidad de tomar medidas para prevenir la violencia armada en Estados Unidos.
AP
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