El gobierno de Nicaragua rompió el viernes (30.09.2022) las relaciones diplomáticas con el de Países Bajos, tras acusar a ese país de mantener una posición "injerencista, intervencionista y neocolonialista" frente a la nación centroamericana.
En una nota diplomática, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua comunicó al gobierno neerlandés su "decisión de descontinuar inmediatamente las relaciones diplomáticas", ante "la reiterada posición injerencista, intervencionista y neocolonialista del Reino de los Países Bajos".
Según Managua, Países Bajos "ha ofendido y continúa ofendiendo a las familias nicaragüenses con amenazas y suspensiones de obras de bien común, como hospitales para comunidades originarias y afrodescendientes".
La ruptura de relaciones se produjo un par de horas después que Ortega pronunciara un discurso antes de un desfile por el aniversario de la policía, en el cual reaccionó con virulencia a una visita de la embajadora neerlandesa para América Central, Christine Pirenne.
La diplomática llegó a Nicaragua el jueves procedente de Costa Rica, donde la embajada de Países Bajos tiene su sede, para informar que no financiarían la construcción de un hospital, según el mandatario.
"Quienes vengan a faltarle el respeto a nuestro pueblo, a nuestra patria, pues que no vuelvan a aparecer por Nicaragua. Y no queremos relaciones con ese gobierno intervencionista", exclamó Ortega en alusión a Países Bajos.
A inicios de esta semana fuentes diplomáticas informaron de la expulsión de Nicaragua de la embajadora de la Unión Europea, quien supuestamente fue declarada "non grata" por Ortega y Murillo, días después de que la delegación de la UE ante la ONU presentara una resolución condenando la escalada represiva del régimen contra la Iglesia y la prensa independiente.
El gobierno no ha confirmado hasta ahora la expulsión de la embajadora Muschdiet. Tampoco la UE ha emitido una reacción o declaración al respecto.
Este mismo viernes, Ortega y la Cancillería rechazaron la presencia del nuevo embajador nombrado de Estados Unidos, Hugo Rodríguez, quien fue ratificado por el Senado de su país, a pesar de que el régimen sandinista le había retirado el beneplácito en julio pasado.
"El señor Hugo Rodríguez, repetimos, no será bajo ninguna circunstancia admitido en nuestra Nicaragua (...) así que lo tienen claro los señores imperialistas: aquí no entra Hugo Rodríguez", afirmó la vicepresidenta Rosario Murillo, al dar lectura a una nota diplomática emitida por la Cancillería.
Murillo consideró "insólita" la decisión de Estados Unidos de mantener la postulación de Rodríguez, a quien tildó de "irrespetuoso injerencista (y) nada diplomático", y rechazó la llegada del diplomático, quien fue nominado en mayo pasado por el presidente Joe Biden en sustitución de Kevin Sullivan.
Rodríguez había declarado en julio ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de su país, que Nicaragua "se está convirtiendo cada vez más en un Estado paria dentro de la región" y calificó al gobierno de Ortega de "dictadura".
Abogó además por sacar a Nicaragua del Cafta (Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos) y pidió la liberación de los presos políticos (más de 200 según la oposición) y el respeto a los derechos humanos.
gs (efe, ap, afp)
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