Las aguas del Ian por Florida (EE UU) dejaron a decenas carros eléctricos sumergidos, semanas después, al salir a la superficie, ha ocurrido un extraño fenómeno, han comenzado a incendiarse por sí solos.
Las baterías de los vehículos quedaron mojadas por agua salada y a medida que se corroen aumenta el riesgo de que se incendien de forma imprevisible. Dependiendo del lugar en el que esté el carro, el fuego puede acabar quemando casas u otros vehículos. De ahí que sean un potencial peligro para la seguridad. A menudo, las llamas se reactivan incluso cuando parece que estaban totalmente extinguidas.
Ante ese panorama, los bomberos no dan abasto para apagarlos. Extinguir estos fuegos no es tarea fácil para los servicios de emergencia.
"Se necesita una capacitación especial y una comprensión de los vehículos eléctricos para garantizar que se apaguen de manera rápida y segura”, escribió Jimmy Patronis, jefe de bomberos del estado, quien ha compartido en su cuenta de Twitter un vídeo en el que se puede ver a varios efectivos de Naples (Florida) tratando de sofocar las llamas de un Tesla.
Los bomberos exhortaron a los propietarios de vehículos eléctricos que hayan sufrido las inundaciones que los saquen de los garajes y los trasladen hasta zonas despobladas donde no supongan ningún riesgo si se incendian repentinamente.
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