Poco después de haber tocado tierra, el poderoso huracán Ian cubrió de este a oeste el estado de la Florida. Comenzó así un rápido deterioro de las condiciones para los residentes que trajo recuerdos de otras tormentas históricas. El meteorólogo Brandon Miller, de CNN, comparó la llegada de Ian a la de Charley en 2004: fueron las tormentas más violentas en golpear la costa oeste del estado, con vientos de 155 millas por hora (248 kilómetros por hora).
El paso de Charley, que históricamente sigue a Andrew (1992) por sus características, fue devastador para varios de los condados del área desde que tocó en Captiva Island, avanzó a Punta Gorda y siguió en dirección nor-noreste devastando ciudades como Port Charlotte, Cleveland y Sebring. La localidad de Golfo Springs quedó aislada durante dos días por los desechos en los caminos. Charley dejó 15 muertos y atravesó el centro y el este de Orlando.
Si bien Ian tocó tierra con menos intensidad (150 millas por hora, 240 kilómetros por hora), el resto de sus características apuntan a que podría ser mucho peor que su antecesor en una trayectoria muy parecida. La principal preocupación actual es el alto nivel de la marejada ciclónica y las inundaciones que causarán sus vientos y lluvias, que se proyectan como peores que los de Charley por dos razones.
Primero, Charley era un huracán de tamaño mucho menor en su extensión: su diámetro máximo de vientos huracanados fue de 125 millas náuticas, y el de Ian llegó a 290 millas náuticas. “Este mayor campo de vientos también significa que la marejada ciclónica será probablemente mayor”, según The Weather Channel. Eric Blake, del Centro Nacional de Huracanes, sintetizó: “Nadie vivo ha visto 12 pies (3,6 metros) de marejada ciclónica en esa zona”.
La diferencia de tamaño es tan notable que Rick Knabb, experto en huracanes del canal especializado en el clima, mostró cómo solamente el ojo de Ian tiene el diámetro suficiente como para contener la completa extensión de Charley. “Es de unas 35 millas (56 kilómetros)”, precisó. “La extensión total del campo de vientos huracanados de Charley cabría en el ojo de Ian. Eso producirá una franja mucho más ancha de vientos destructivos, marejadas ciclónicas e inundaciones por lluvias”.
En segundo lugar, la lentitud de Ian es peligrosa. Charley se movió a 20-25 millas por hora (32-40 kilómetros por hora) y cruzó la península en 9 horas. Si bien rara vez los huracanes que pasan por la Florida avanzan tan velozmente, Ian se destaca por lo contrario. Llegó con un ritmo de 9 millas por hora (14 kilómetros por hora) y, una vez en tierra, avanza un poco más lentamente. “Esto significa que los impactos de Ian serán más prolongados que el rápido golpe de Charley. Las inundaciones por la marejada tardarán más tiempo en bajar”, según The Weather Channel.
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Implica, también, más horas (probablemente un día entero) de lluvia y de posibles inundaciones súbitas.
El lento paso de Ian demorará además el acceso de los socorristas que, apenas el tiempo lo permite, suelen salir a auxiliar a la población luego de un huracán. También se obstaculiza el paso del personal de luz, telefonía y otros servicios a las zonas afectadas, donde deben hacer reparaciones y despejar los caminos
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