Más de una vez nos han dicho que no debemos mezclar medicamentos con alcohol. Algunos aseguran que la razón radica en que, al hacerlo, el medicamento pierde su efecto, mientras que otros dicen que es por los posibles riesgos para la salud que supone esta combinación. ¿Qué hay de cierto en estas creencias?
Tal y como explica el doctor Raúl Corrales al portal Clínica Alemana, muchos medicamentos son metabolizados en el hígado, igual que las bebidas alcohólicas. Entonces, si ingieres ambos simultáneamente las dos sustancias competirán por ser asimiladas primero. Esto puede causar que algunos medicamentos se acumulen en el organismo y causan reacciones adversas.
Sin embargo, no todos los fármacos actúan igual ante la presencia de alcohol, por lo que los efectos dependerán tanto del tipo de medicamento como de la cantidad de alcohol que se ingiera. La mezcla, según el especialista, podría afectar la eficacia y seguridad de los fármacos, así como provocar náuseas, vómitos, dolor de cabeza, desmayos o pérdida de la coordinación. Asimismo, sostiene que aumenta la probabilidad de sufrir hemorragias internas, problemas del corazón y dificultad respiratoria.
La población de riesgo está compuesta por adultos mayores de 65 años, ya que con los años disminuye la velocidad con la que el hígado metaboliza las sustancias etílicas. Esto quiere decir que su organismo podría tardar más tiempo en eliminarlas del cuerpo.
¿Cuáles son los medicamentos que no deberías mezclar con alcohol?
-Los antihistamínicos recetados para alergias y gripe. Pueden presentar reacciones como somnolencia, respiración lenta o dificultosa, discapacidad motriz, comportamiento inusual y problemas con la memoria al mezclarse con alcohol.
-Medicamentos para reducir la tensión arterial. La mayoría de estos actúan como diuréticos o bloqueadores de sustancias que contraen los vasos sanguíneos. Al combinarse con alcohol se potencia su efecto, aumentando el riesgo de mareos y arritmias.
-Fármacos para coágulos. Dependiendo la cantidad de alcohol que se consuma puede ocasionar una hemorragia interna o, en su defecto, derivar en coágulos, derrames cerebrales o ataques cardíacos.
-Antibióticos. Los especialistas aclaran que la mayoría de antibióticos no interactúan significativamente con el alcohol, hay excepciones, por lo que es importante consultar con el médico en cada caso.
-Antiinflamatorios, dado que pueden producir molestias gástricas, úlceras y hemorragias.
-Analgésicos. Entre sus posibles reacciones con el alcohol se encuentran malestar estomacal, sangrado y úlceras, así como daño del hígado y ritmo cardíaco acelerado.
Via | Diario Libre
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