La acción de Deutsche Bank cayó con fuerza.
El viernes pasado fue un día negro para las bolsas europeas, que experimentaron fuertes pérdidas en medio de un clima de incertidumbre y volatilidad en los mercados financieros internacionales.
El índice FTSE 100 de Londres cayó un 3,7%, el DAX de Alemania perdió un 4,5%, el CAC 40 de Francia cayó un 3,9% y el IBEX 35 de España se hundió un 5,1%.
La caída en las bolsas europeas fue causada por una combinación de factores, entre ellos la preocupación por el aumento de la inflación en Estados Unidos y el posible impacto que esto pueda tener en la política monetaria de la Reserva Federal, así como el temor a una nueva ola de contagios de COVID-19 en Europa.
Además, los inversores se mostraron preocupados por el aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, lo que podría reducir la demanda de acciones en Europa y aumentar el costo del endeudamiento para las empresas.
El sector bancario fue uno de los más afectados por la caída en las bolsas, con los bancos alemanes Deutsche Bank y Commerzbank perdiendo un 8,7% y un 9,1% respectivamente.
Las acciones de las empresas turísticas y de viajes también sufrieron pérdidas significativas, ya que los inversores temen que las restricciones de viaje y la incertidumbre sobre la pandemia afecten la recuperación económica.
A pesar de la caída en las bolsas, muchos expertos señalan que es importante mantener la perspectiva a largo plazo y no dejarse llevar por la volatilidad a corto plazo. "Es importante recordar que las inversiones a largo plazo son una apuesta a la economía global, no a la economía de un día o de una semana", dijo un analista financiero.
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