Chile: el rechazo a la reforma tributaria desmorona los planes sociales del Gobierno

 Gabriel Boric

El presidente de Chile, Gabriel Boric, le echó la culpa a los sectores de oposición.

Tras la contundente negativa a la primera propuesta para una nueva Constitución en el plebiscito del 4 de septiembre pasado, la administración del izquierdista Gabriel Boric suma ahora su segunda gran derrota: el rechazo de la Cámara de Diputados a la reforma tributaria, una propuesta central en el programa de Gobierno.

La iniciativa desestimada, que había recibido en septiembre pasado el visto bueno de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), buscaba recaudar un 3,6 por ciento del PIB.

La aprobación de la reforma podría haber significado un aumento de la PGU (Pensión Garantizada Universal), la reducción de las listas de espera en los centros de salud o la creación de un sistema de cuidados, entre otras cosas. Un proyecto tributario nuevo podrá solamente ser presentado dentro de un año.

"Un error político del Gobierno"

En conversación con DW, Axel Callís, sociólogo y director de la agencia de investigación TuInfluyes, explica que el resultado de este miércoles (08.03.2023) se debe a "un Gobierno que no tiene mayoría en ninguna de las dos cámaras. La mayoría que teóricamente había construido era muy frágil".

En tanto, para Marta Lagos, directora de la encuestadora Latinobarómetro, se trató de un "error político del Gobierno, porque sus propios diputados no estaban en la sala o se retiraron, y perdieron la elección por eso", asegura a DW. Este duro revés en la Cámara Baja "produce sin duda un retroceso muy importante en la capacidad del Gobierno de cumplir su programa", agrega.

Los desaciertos del Gobierno y su sector

El presidente chileno ha repuntado levemente su popularidad en las encuestas recientes, especialmente tras visitar las zonas afectadas por los incendios y aumentar la presencia militar en Colchane (en el norte) para controlar la crisis migratoria.

Sin embargo, la seguidilla de errores por parte de integrantes del Frente Amplio, la coalición del presidente, como las filtraciones de audios con información sensible, discursos sobre su mayor moralidad política y otras desprolijidades internas, complican a un Gobierno que, hasta ahora, no ha logrado construir acuerdos: "El Gobierno partió bastante bien, pero a poco andar se dio cuenta de que no tenía las mayorías para realizar los cambios que había prometido en el programa", declara Callís, quien también es académico de la Universidad Central.

Para Lagos, "parte de los errores que ha cometido el Gobierno y la izquierda se deben a su política amateur, menos organizada y estructurada". La también directora del centro de investigación Mori Chile agregó que "a lo largo del tiempo, la izquierda ha tenido pocos profesionales de la política. Y la derecha ha tenido un ‘ejército’, gente dedicada profesionalmente a la política, con metas, con estructuras y con organización. La izquierda funciona mucho como una oenegé. Eso es amateur", opina.

El rol obstructivo de la oposición

La oposición chilena celebró el rechazo de la propuesta tras votar prácticamente en bloque contra la opción de legislar. Este jueves, el ministro de Hacienda y principal impulsor de la reforma tributaria, Mario Marcel, reconoció a una radio nacional que "es evidente que el Gobierno, por su propia cuenta, no puede resolver estas materias. Requiere que exista disposición de otros sectores para avanzar".

"Hay una derecha dura que se está imponiendo en términos políticos y que niega absolutamente cualquier posibilidad de hacer reformas en Chile", añade el sociólogo Callís.

¿Qué puede hacer el Gobierno?

Para tratar de reparar los errores, la administración de Boric anunció para este viernes un cambio de gabinete ministerial. No obstante, el Gobierno no tiene muchas opciones: "Lo que tiene que hacer es tratar de llegar a un acuerdo con la derecha. Hay una posibilidad mínima de que esto pueda discutirse en el Senado, pero es bastante difícil. Ambas partes tienen que ceder", sugiere Callis.

"La oposición le va a ‘negar la sal y el agua’ al Gobierno y va a forzarlo a ponerse de rodillas. Aquí se va a requerir un pacto político mayor para superar esto. El Gobierno va a tener que ‘agachar el moño’ (desistir o humillarse) y ceder ante la oposición. No queda otra alternativa", sentencia Lagos.

Para eso, concluye, el Gobierno tendrá que "buscar aquellos personeros en la derecha que estén dispuestos a sentarse con ellos a conversar, y negociar un cumplimiento decente de su programa".

DW

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