Sobre el mediodía de este domingo, cientos de ciudadanos de distintos lugares de Brasil manifestaron su descontento debido a que se registran largas filas en algunos centros de votación. Según indicaron medios locales, esto se debe a que muchas personas no registraron su huella.
El retraso se ha atribuido a la recogida de datos biométricos, que aún no es obligatorio en todos los municipios. En Campinas, en la Escuela Estadual Coronel Firmino, la demora provocó una espera de varias horas. Incluso, dentro de los registrados, algunos tuvieron que intentarlo varias veces para obtener la validación y así poder votar.
El jefe de las mesas electorales del Centro Municipal de la Ciudadanía Rinaldo Delamare, en São Conrado, Rogério Emygidio, cree que “la falta de aglutinación de los candidatos” provocó la demora en la votación de la gente. “Los votantes no están trayendo un collar y por eso la demora”, indicó en declaraciones a O Globo. El “collar” es un trozo de papel en el que muchos llevan anotado el número de la boleta que van a elegir.
Por su parte, Rudi Baldi, juez de la Oficina Electoral Regional, garantizó que quien llegue antes de las 5 de la tarde, cuando cierren las urnas, no se quedará sin votar. “Quien llegue antes de las 17:00 votará. Las contraseñas se distribuirán en algunos casos, pero es bueno tener en cuenta que estas colas pueden disminuir a lo largo del día porque el proceso es muy dinámico. Esta consecuencia de la validación ya la esperábamos, pero al considerar este pequeño inconveniente para el votante y las ventajas que puede tener esta iniciativa, la balanza se inclinó hacia las ventajas”, agregó.
El diario citado consignó que la espera puede ser de hasta dos horas. Por ejemplo, en Fecomércio, en Flamengo, al sur de Río de Janeiro, donde vota el candidato al gobierno Marcelo Freixo, el inspector pidió a la gente que volviera más tarde. “Está demasiado lleno. En el interior todavía hay una larga cola. Si yo fuera tú, volvería a última hora de la tarde. Lo siento, pero está demasiado lleno”, expresó.
En tanto, en Tijuca, las personas se enfrentan a extensas filas en las distintas secciones. En el Colegio Nossa Senhora da Misericórdia, en la Rua Uruguai, se extendían por la calle. También en Catete, en el Colegio Zaccaria, los votantes enfrentan largas colas. El lugar es el punto de votación más grande del sur de la ciudad: se espera que voten más de 11 mil electores en 30 secciones.
Respecto al desarrollo general de los comicios, la Organización de Estados Americanos (OEA) informó que hasta el momento hay “absoluta normalidad”.
Las últimas encuestas de intención de voto antes de las elecciones presidenciales dejaron abierta la posibilidad de que el progresista Luiz Inácio Lula da Silva, con entre 50 % y 51 % del favoritismo, garantice su elección sin necesidad de una segunda vuelta.
Según el sondeo del Instituto Ipec, a solo un día de las elecciones más polarizadas en la historia de Brasil, el ex presidente (2003-2010) contaba con el 51 % de los votos válidos (un punto a menos que el lunes pasado) y el actual mandatario, Jair Bolsonaro, que aspira a la reelección, tiene el 37 % (subió tres puntos).
La encuesta de la firma Datafolha, por su parte, le atribuye al dirigente socialista el 50 % de los votos válidos (sin variación con respecto al sondeo anterior) y al líder ultraderechista el 36 % (igualmente sin variación).
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