El jefe de la agencia nacional de seguridad cibernética de Alemania fue despedido por informes de posibles vínculos con la inteligencia rusa, informó el martes el Ministerio del Interior.
La ministra del Interior, Nancy Faeser, destituyó a Arne Schoenbohm como jefe de la agencia BSI tras las acusaciones, que “dañaron la confianza necesaria de la ciudadanía en la neutralidad e imparcialidad” de su gestión, precisó la agencia de noticias alemana dpa.
Hace una década Schoenbohm cofundó un grupo de ciberseguridad que reúne a expertos de instituciones públicas y del sector privado. Los medios alemanes informaron que uno de sus miembros es una empresa fundada por un ex agente de la inteligencia rusa y quien fue expulsado, precisó el grupo la semana pasada.
El gobierno alemán dijo hace más de una semana que estaba investigando las versiones exhaustivamente.
Existe una creciente preocupación en Alemania de que la infraestructura crítica del país pueda ser atacada por Rusia debido al apoyo que ha brindado Berlín a Ucrania en su lucha contra la invasión rusa.
A comienzos de octubre, un aparente acto de sabotaje obligó a la compañía ferroviaria alemana Deutsche Bahn a detener los trenes de pasajeros y de carga en el noroeste del país durante casi tres horas.
Después de la suspensión de casi tres horas, Deutsche Bahn dijo que el problema, una “falla del sistema de radio digital del tren”, se había resuelto, pero que aún se podían esperar algunas interrupciones. Más tarde indicó que la interrupción fue causada por sabotaje.
Schoenbohm, de 53 años, dirigió la BSI desde febrero de 2016. No se supo de momento quién lo relevaría.
El ministerio dijo que la decisión de Faeser también beneficiaba al propio Schoenbohm y a los 1.500 empleados de la agencia y su capacidad de trabajar sin sospechas sobre su personal, informó DPA.
Agregó que mientras se investigan las acusaciones, existe una presunción de inocencia para Schoenbohm.
El semanario de noticias alemán Der Spiegel citó a Schoenbohm diciendo que, dado que no había habido “retroalimentación” sobre los señalamientos, él había pedido el lunes que se abrieran procedimientos disciplinarios para aclarar el asunto.
Dijo ignorar todavía “qué ha examinado el ministerio ni cuáles son las acusaciones concretas en mi contra”.
Por otra parte, el pasado 6 de octubre, la Unión Europea impuso una nueva ronda de sanciones contra Rusia, que amplían restricciones comerciales así como el número de personas incluidas en una lista negra, tras las anexiones por parte de Moscú de regiones ucranianas.
Estas nuevas medidas, publicadas en el Diario Oficial de la UE, constituyen el octavo paquete de sanciones del bloque contra Rusia, y entran en vigor desde este jueves.
Son una “respuesta a la escalada de Rusia en la guerra ilegal que sigue librando a Ucrania, ilustrada por la anexión de territorios ucranianos al cabo de simulacros de ‘referendos’, la movilización de tropas suplementarias y la amenaza claramente esgrimida del arma nuclear” precisa la Comisión Europea.
Estas sanciones preparan también la implementación del tope a los precios del petróleo ruso acordado por el G7, y prevé prohibir a ciudadanos de la UE ocupar un cargo en el seno de órganos de dirección de ciertas empresas controladas por el Estado ruso.
Esta nueva ronda de medidas de la UE instaura prohibiciones de importación de Rusia por valor de 7.000 millones de euros (similar en dólares), para así reducir los ingresos de Moscú.
Además, 30 personas y siete entidades han sido añadidas a una lista negra que ya tiene en total a más de 1.300 nombres, con haberes congelados y prohibición de entrada o residencia en la UE.
Las personas y entidades agregadas están “implicadas en la ocupación rusa, la anexión ilegal y los simulacros de ‘referendos’ en los territorios ocupados de las regiones de Donetsk, Lugansk, Jerson y Zaporiyia”.
(Con información de AP)
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