Legisladores rusos en una sesión de la Duma Estatal, la Cámara baja del parlamento, en Moscú (via Reuters)
El presidente de la Duma Estatal de Rusia, Viacheslav Volodin, pidió este jueves a los parlamentarios “que cumplan los requisitos” que se alisten al Ejército para participar en la guerra en Ucrania, después de que el mandatario del país, Vladimir Putin, decretara el miércoles una “movilización parcial”.
“Ha pasado un día desde el decreto del presidente (...) sobre la movilización parcial, que ayudará a resolver las tareas de la operación militar especial”, dijo en un mensaje en Telegram, en el que reiteró el discurso de supuesta lucha contra “los nazis” y denunció que también combaten “fuerzas de la OTAN”.
“En Ucrania hay instructores de la OTAN, mercenarios de la OTAN, equipamiento de la OTAN, armas y municiones. La línea de contacto es de más de mil kilómetros”, señaló, por lo que insistió que “es necesario incrementar el tamaño de las Fuerzas Armadas” desplegadas en el país vecino.
En este sentido, resaltó que la “movilización parcial” afecta a “los que hayan servido en el Ejército y tengan experiencia en combate”, antes de hacer hincapié en que los parlamentarios “que cumplan los requisitos” deben “ayudar” a través de su “participación en la operación militar especial”.
“Los diputados no tienen blindaje”, ha manifestado Volodin, que “ahora es un momento de desafíos”. “Juntos los superaremos. La seguridad de nuestros ciudadanos y la soberanía del país será garantizada”, aseguró.
Los múltiples desafíos de la “movilización”
Las manifestaciones en contra del llamado de Putin a la guerra produjeron en su primer día más de mil detenciones, además de la represión de la policía del Kremlin. Las normas recientemente convertidas en ley endurecen los castigos contra este tipo de protestas y el fiscal de Moscú ha dicho que podría pedir hasta 15 años de cárcel para quienes participen en ellas.
El anuncio del presidente ruso, Vladimir Putin, afecta en un primer tiempo a 300.000 reservistas. Este volumen podría parecer importante en comparación con los 220.000 soldados que se enviaron al frente desde el inicio de la invasión rusa el 24 de febrero, según James Rand, analista de la agencia británica privada de inteligencia militar Janes.
Pero “ninguna movilización es posible de la noche a la mañana”, aseguró Rand, quien evoca un plazo mínimo de tres meses entre la emisión de la orden de movilización y el envío de un soldado entrenado.
“Se tardarán meses en cambiar las cosas, si es que se logra”, confirma Christopher Miller, especialista en Rusia del Instituto de Investigación de Relaciones Exteriores de Filadelfia (FPRI). Para Miller, en base a los conocimientos actuales, Rusia podría tener “dificultades para la movilización y el entrenamiento, así como en el despliegue de fuerzas en el frente con el equipo necesario”.
Algunos observadores consideran que Rusia podría enviar rápidamente los reservistas para completar unidades parcialmente destruidas y realizar tareas simples como conducir camiones o realizar patrullas de vigilancia.
En cambio, formar a un soldado y garantizar su motivación para atacar es mucho más complejo, sobre todo si su equipamiento es básico. “No hay muchos uniformes de invierno ni equipos médicos ni raciones” alimenticias, enumera James Rand.
De hecho, la movilización decretada el miércoles muestra tanto un deseo de reforzar la ofensiva como de compensar los puntos débiles. “El ejército ruso está derrotado militarmente”, pero “Rusia tiene más profundidad estratégica y demográfica que Ucrania. Y pretende ganar ‘por peso’”, tuiteó el historiador militar francés Cédric Mas.
(Con información de Europa Press y AFP)
0 Comentarios