Cuatro miembros retirados del Cuerpo de Bomberos de la ciudad de Nueva York (FDNY) murieron recientemente en el lapso de una semana por enfermedades relacionadas con el 11 de septiembre de 2001.
La racha de nuevas muertes, que comenzó el 16 de septiembre, elevó a 303 los miembros de FDNY fallecidos en años posteriores a 2001 por causas vinculadas a los ataques terroristas.
El ex bombero William Hughes, quien trabajó en “Ladder 123” en Brooklyn antes de jubilarse en 2005, falleció el 16 de septiembre. Sirvió a la ciudad durante 22 años después de su nombramiento en 1983 y recibió una mención de unidad en 1996.
El bombero retirado Gregg Lawrence murió al día siguiente. Había estado retirado por menos de seis meses luego de una carrera de 23 años que culminó con el Batallón 51 en Queens.
El ex jefe de batallón Joseph McKie falleció el domingo 18. Su carrera destacada se extendió por 31 años, de 1988 a 2019.
El cuarto difunto es el ex jefe de batallón Stephen Geraghty, quien sirvió durante 41 años distinguidos, desde 1980 hasta su retiro en 2021. Su hermano, el jefe de batallón Ed Geraghty, fue uno de los asesinados el 11 de septiembre de 2001.
Apenas la semana pasada FDNY había agregado los nombres de 37 miembros que murieron a causa de enfermedades relacionadas con el 11 de septiembre en su muro conmemorativo, elevando el número de a 299, que ahora es 303. Esas muertes se suman a los 343 miembros que el departamento perdió en 9/11.
En otro fatal coincidencia, también en días seguidos a finales de mayo cuatro bomberos retirados FDNY murieron debido a enfermedades relacionadas con su trabajo en los esfuerzos de rescate y recuperación en el World Trade Center (WTC) tras los ataques terroristas de 2001.
El FDNY fue el grupo de socorristas más afectado el 11 de septiembre de 2001, perdiendo 343 miembros en el sitio del WTC y cientos más tarde por enfermedades relacionadas, dijeron los líderes sindicales al New York Post el año pasado.
Casi 3 mil personas fallecieron en los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, Washington DC y Pensilvania, en el peor ataque terrorista en la historia de Estados Unidos. Sólo 60% de las víctimas mortales de ese día han sido identificadas. Y varios más han fallecido o reportado enfermedades en años posteriores, a consecuencia de los hechos.
El colapso del WTC envió una nube de polvo espeso sobre el Bajo Manhattan y hubo incendios durante semanas. Miles de trabajadores de la construcción, oficiales de policía, bomberos, voluntarios y otros pasaron tiempo trabajando en el hollín, a menudo sin la protección respiratoria adecuada.
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