“Ya llegamos a los 13,000” migrantes enviados en buses desde la frontera de México con Texas en búsqueda de asilo, dijo ayer el alcalde de Nueva York, Eric Adams, en una conferencia de prensa matutina.
Y aunque el alcalde demócrata ha dicho que quiere que los inmigrantes sigan viniendo a Nueva York, reconoce que necesita más asistencia federal y estatal para ayudar a satisfacer sus necesidades, en medio de una batalla política nacional entre demócratas y republicanos.
Atender a los inmigrantes representa un alto costo. Según un análisis del Mayor’s Management Report y Bloomberg News, la ciudad de Nueva York gasta alrededor de $136 dólares por día por cada persona en su sistema de refugio y alrededor de $186 en el caso de familias. Considerando aproximadamente 10,000 solicitantes de asilo albergados, la cifra se traduce en alrededor de $1.6 millones diarios gastados por el gobierno de la ciudad.
El reverendo Juan Carlos Ruiz, líder de una de las organizaciones comunitarias (CBOs) que se ocupa de la afluencia de inmigrantes de primera mano, dijo que la alcaldía podría estar haciendo más para respaldar a las organizaciones benéficas locales como la suya que ayudan a los solicitantes de asilo.
Ruiz es el pastor de la Iglesia Luterana “Good Shepherd” en Bay Ridge, Brooklyn, donde unos 50 migrantes tienen refugio temporal, incluyendo cama, ropa y comida. Quienes llegan no tienen permiso de trabajo, algo que el alcalde Adams ha unido a sus requerimientos federales, para evitar riesgos de indigencia y criminalidad.
La ciudad ha otorgado $6.75 millones de dólares a COBs para atender las necesidades de los migrantes. La Oficina de Asuntos de Inmigrantes de la Alcaldía ha coordinado para garantizar que los recursos de la ciudad lleguen a los recién llegados, según Ruiz. Sin embargo, agregó que más ayuda financiera sería bienvenida.
“No podemos hacer esto solos”, insistió el reverendo a Pix11 en una entrevista desde el anexo junto al santuario de su iglesia, donde todas las noches se instalan catres para alojar a los migrantes allí refugiados.
El alcalde Adams dijo ayer en su conferencia de prensa que la ciudad está satisfaciendo las necesidades de los migrantes, pero agregó: “Necesitamos ayuda. Necesitamos que el gobierno federal, el gobierno estatal, desempeñe un papel”.
Un vocero no identificado de la alcaldía comentó: “Desde que comenzamos a ver este aumento inesperado de solicitantes de asilo (…) los empleados de la ciudad dedicados han trabajado las 24 horas para brindar refugio, servicios y apoyo, incluida la apertura de un centro de navegación dedicado para las familias que suman más de 13,000 personas. Estamos agradecidos con todos, incluidos los socios de CBO, que se han ofrecido para servir. Sabemos que no podemos hacer este trabajo solos, por lo que también estamos trabajando con nuestros socios federales y estatales para obtener más recursos para que podamos continuar brindando refugio de calidad y servicios apropiados a los solicitantes de asilo y a todas las personas sin hogar”.
El domingo, una madre colombiana llegada en mayo y solicitante de asilo se suicidó en el refugio donde estaba alojada en Queens, dejando dos niños huérfanos. “Esta tragedia es un recordatorio de que tenemos la obligación de hacer todo lo que esté a nuestro alcance para ayudar a los necesitados“, dijo el alcalde Adams en un comunicado.
En los últimos meses la ciudad de Nueva York ha visto llegar una avalancha de migrantes enviados en buses desde el estado fronterizo Texas, la mayoría venezolanos huyendo de la crisis humanitaria en su país.
Al mismo tiempo, la cantidad de arrestos de migrantes en toda la frontera entre Estados Unidos y México en el año fiscal 2022 ha sido de 2.1 millones de personas de un total de casi 2.5 millones en todo el país, siendo un máximo histórico. La mayoría provenientes principalmente de tres naciones latinoamericanas sin democracia -Cuba, Venezuela y Nicaragua-, según datos gubernamentales publicados el lunes.
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