Infobae.- Los candidatos más populares en las presidenciales de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva y Jair Bolsonaro, participan este domingo del primer debate de la campaña para las elecciones de octubre, tras días de incertidumbre sobre su presencia en el evento. Como se esperaba, el primer cara a cara entre los dos archirrivales, figuras centrales de la historia reciente de Brasil, comenzó con mucha tensión.
Cuando los conductores dieron lugar a los candidatos a hacer preguntas, el jefe de Estado comenzó hablando sobre el caso de corrupción en Petrobras. Específicamente, le preguntó al líder del Partido de los Trabajadores (PT) si pretendía volver al poder para continuar con la corrupción en la petrolera estatal. “Sabía que esta pregunta llegaría”, respondió Lula.
En esa línea, aseguró que el gobierno de Lula se desarrolló “en base al robo” y lo acusó de haber encabezado “el gobierno más corrupto en la historia de Brasil”. “Todo el mundo robaba, desviaba, y el presidente no sabía”, comentó, irónicamente.
Al llegar a los estudios de la televisión Band, Bolsonaro ya había adelantado que mostraría “qué fue la corrupción” en el Gobierno del ex presidente.
Lula se defendió de las críticas asegurando que son todas “mentiras” del presidente, a quien momentos antes había acusado de haber abandonado la educación de país durante la pandemia. Dijo, además, que su gobierno generó más empleos, inclusión, inversión en educación y beneficios para Petrobras.
“El país que dejé es un país que el pueblo echa de menos”, afirmó el ex presidente brasileño, quien acusó a Bolsonaro de haber “destruido el país”.
El actual mandatario respondió afirmando que su administración “atiende a los más necesitados” y que es “un gobierno que piensa en los más pobres”. “Es un gobierno que lo está haciendo bien. La economía está en auge”, aseveró.
“Todo en Brasil está fuera de lugar. Escuchar al presidente Bolsonaro decir que la economía está en auge es algo que me choca”, respondió el candidato laborista Ciro Gomes, quien también apuntó contra Lula da Silva sobre los hechos de corrupción: “La razón de mi distanciamiento es que Lula realmente se dejó corromper”. El ex mandatario volvió a defenderse de las acusaciones, dijo que el candidato laborista mentía, y recordó que fue absuelto en la ONU y en el Tribunal Supremo.
Otro foco de confrontación entre Lula y Bolsonaro fue el tema de las ayudas sociales. En una pregunta sobre cómo mantener la ayuda de emergencia de 600 reales, los candidatos se acusaron mutuamente de mentir. Ambos se comprometieron a mantener ese valor el próximo año y dijeron que era posible afrontar este coste. “Hay una mentira en el aire. La bancada del PT votó a favor; al candidato le encanta citar cifras absurdas que ni siquiera él se cree”, manifestó el líder del PT.
Bolsonaro, no obstante, dijo que la bancada del PT votó en contra de esa asistencia: “Está en su ADN, mentir e inventar números. ¿Por qué el PT no aumentó la Bolsa Familiar? Pagó una miseria porque sólo quería votos”.
La senadora Simone Tebet, del Movimiento Democrático Brasileño (MDB), acusó al presidente Bolsonaro de “misógino”. “¿Por qué tanta rabia con las mujeres?”, le preguntó. El candidato oficialista, sin embargo, sostuvo que el suyo es “el gobierno que votó más leyes en defensa de las mujeres”.
“No podemos tener un presidente que miente, que crea fake news, que divide a las familias. El mío será un gobierno de amor”, agregó Tebet.
Bolsonaro respondió que su gobierno no divide, que está a favor de la familia, y en esa línea reiteró su rechazo al aborto.
Los seis principales candidatos a la Presidencia participan del evento. Tras las dudas respecto a su presencia, el jefe de Estado finalmente confirmó su presencia.
Los equipos de campaña de Bolsonaro y Lula pidieron que los candidatos no sean ubicados juntos. El candidato laborista Ciro Gomes, tercero en las encuestas, se quejó en redes sociales del cambio en la posición de los candidatos en el plató. Al ser interrogado por periodistas, antes del debate, sobre el motivo del cambio, Bolsonaro dijo que no tenía inconveniente en aparecer a su lado, pero que “no estrecharía la mano de un ladrón”, dijo, en alusión a los escándalos de corrupción que salpicaron los mandatos de Lula.
El cambio de lugar, según dijo Gomes, se produjo a petición de Lula y Bolsonaro, lo que habría ido en contra del acuerdo que habían realizado previamente los candidatos, que decidieron las posiciones por sorteo.
El debate, organizado en San Pablo por un conjunto de medios brasileños, entre ellos la Rede Bandeirantes y el periódico Folha de S. Paulo, es el primero del calendario de campaña con vistas a los comicios del 2 de octubre. Posiblemente sea el único, por lo que es visto como uno de los momentos más decisivos del proceso.
El izquierdista Lula, que gobernó Brasil entre 2003 y 2010, lidera la carrera electoral para el 2 de octubre, con 47% de la intención de voto contra 32% de Bolsonaro, según una encuesta del Instituto Datafolha publicada el 18 de agosto. Otros sondeos también ubican a Lula en la delantera, aunque con una ventaja menor.
Además de invitar a Lula y a Bolsonaro, los organizadores del debate convocaron a otros cuatro candidatos, entre ellos el exministro de Hacienda Ciro Gomes (PDT, centroizquierda); y la senadora Simone Tebet (MDB, centro), tercero y cuarta en los sondeos, así como Luiz Felipe d’Avila (Novo) e Soraya Thronicke (União Brasil).
En 2018, cuando ganó las elecciones, Bolsonaro participó solo en los dos primeros debates presidenciales. Faltando un mes para la primera vuelta, fue apuñalado durante un acto de campaña y tras pasar por una cirugía, no volvió a debatir, y se volvió clave su presencia en redes sociales.
Ni Lula ni el expresidente brasileño Fernando Henrique Cardoso (PSDB, centro) participaron en debates antes de la primera vuelta cuando buscaron la reelección en 2006 y 1998, respectivamente. Así, la última articipación de Lula en un debate fue en 2006, frente a quien hoy es su candidato a vicepresidente, Gerardo Alckmin.
Propaganda en radio y TV
A pesar de lo ocurrido en 2018, la televisión y la radio continúan siendo claves para alcanzar a la población pobre, y en especial en las áreas rurales, donde la penetración de internet todavía está lejos de la media del país.
En vísperas del debate, Bolsonaro y Lula estrenaron este sábado sus anuncios de campaña por radio y televisión, centrados principalmente en la economía.
Lula criticó la inflación y el avance del hambre, que afecta a más de 33 millones de brasileños. En la voz del cantante Gilberto Gil, el anuncio afirmó que “democracia no combina con odio y violencia, ni con autoritarismo o ‘fake news’”.
Lula, con el apoyo de diez partidos, cuenta con un minuto de televisión más que Bolsonaro (3,39 minutos) y usó su tiempo en pantalla para denunciar que “millones de hermanos y hermanas brasileños no tienen qué comer”. Sin citar a Bolsonaro, Lula se preguntó “¿cómo un país tan rico pudo retroceder tanto?” y “¿cómo puede no importarle a un gobernante el sufrimiento de tanta gente?”.
Bolsonaro, por su parte, atribuyó la inflación a la pandemia, la guerra en Ucrania y la sequía, al tiempo que prometió mantener en 2023 el programa asistencial Auxilio Brasil, que transfiere mensualmente unos 110 dólares a 20 millones de familias.
Tratando de llegar a ese electorado, en su primer programa de radio, este sábado, la campaña de Bolsonaro se sirvió un locutor con un marcado acento del noreste de Brasil, la región más pobre del país y donde Lula cuenta con una mayor ventaja en los sondeos.
Además de apelar al patriotismo con la bandera y el himno nacional, intentó presentarse como una persona sensible. “Bolsonaro es directo, dice lo que piensa y lo que siente. Y cómo siente”, proseguía el anuncio, mostrando al mandatario tomado por las lágrimas durante un acto reciente de campaña.
Bolsonaro causó controversia el viernes, al negar que en Brasil haya “hambre de verdad”, alegando que no ve a gente pidiendo pan a las puertas de las panaderías.
Ambos candidatos fueron entrevistados esta semana en el noticiero más visto de Brasil, considerado un momento importante de la campaña que se inició el 16 de agosto.
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