Aumenta envío de inmigrantes de Texas a Nueva York; alcalde Eric Adams arma campaña contra gobernador Greg Abbott

Este miércoles llegaron tres autobuses con inmigrantes enviados desde Texas.


 El envío de inmigrantes de Texas a Nueva York continúa y ha desatado una batalla de declaraciones entre el alcalde neoyorquino Eric Adams y el gobernador republicano Greg Abott, con el primero lanzando un amago sobre una campaña contra el segundo.

“Ya llamé a todos mis amigos en Texas y les dije cómo emitir sus votos”, dijo Adams este martes. “Y estoy contemplando profundamente tomar un autobús lleno de neoyorquinos para ir a Texas y tocar puertas a la antigua, porque tenemos que hacerlo, por el bien de Estados Unidos, tenemos que sacarlo de su cargo”.

El portavoz de Abbott, Mark Miner, hizo una sátira de las intenciones de Adams y afirmó que los neoyorquinos se están yendo “voluntariamente” de la Gran Manzana, debido a los altos impuestos y a que el crimen está fuera de control.

“Parece que el alcalde Adams ha asumido el papel adicional de director político del [candidato demócrata] Beto O’ Rourke”, dijo Miner a Fox News.

El intercambio ocurre cuando un centenar de inmigrantes, la mayoría de ellos venezolanos, llegaron este miércoles a la Estación Central de autobuses de Nueva York, enviados desde Texas, en viajes organizados por el Gobierno de ese estado, que ha declarado expresamente que quiere así repartir la carga que representa la presión migratoria.

Personal de la alcaldía de Nueva York, desplazada a la estación para montar un dispositivo urgente de acogida, han sido tres los autobuses llegados, que han completado su viaje luego de tres días de trayecto desde la frontera de Texas con México hasta Nueva York.

La alcaldía, con asistencia de organizaciones no gubernamentales, les entregaban una caja con comida y los iban distribuyendo en albergues —familias por un lado y por otro los hombres solteros, que son mayoría— por la ciudad, salvo a aquellos que expresaban su deseo de dirigirse a casa de amigos o familiares.

Roger, un venezolano de 42 años, sastre de profesión, declaró a Efe que no fue forzado en ningún momento a subir en el autobús, pero tras tres meses de penalidades desde que salió de su país “atravesando selvas y desiertos”, aceptó la propuesta de ser trasladado de forma gratuita a Nueva York.

Roger, que ha hecho todo su viaje solo, aspira a ganarse la vida como sastre en la Gran Manzana, pero está dispuesto “a aceptar cualquier trabajo” para salir adelante.

El alcalde de Nueva York ha declarado en numerosas ocasiones que la ciudad proveerá alojamiento a los emigrantes indocumentados mientras legalicen su situación —al igual que hace con todos los sin techo—, y este argumento ha sido utilizado por el gobernador de Texas, el republicano Abbot, para enviar a emigrantes a Nueva York y Washington, gobernadas por alcaldes demócratas.

Los envíos de emigrantes se están haciendo sin la menor coordinación a nivel político, dijeron a Efe las fuentes municipales, y el gobierno de Texas, pese a ser el que organiza los viajes, no informa ni del número de autobuses, los emigrantes que transporta o el estado en que se encuentran (por ejemplo, si tienen enfermedades).

Además, el gobierno de Texas ha impuesto a las compañías de autobuses un contrato de confidencialidad para que no desvelen detalles sobre estos viajes, según denunciaron ayer fuentes de la alcaldía.

Solo algunas organizaciones caritativas, frecuentemente religiosas, consiguen información “in situ” en Texas de los propios emigrantes y la transmiten a Nueva York, y es a través de ellas como se está organizando el dispositivo de acogida.

Más de 4,000 inmigrantes están registrados con el sistema de albergues de la ciudad, a donde han estado llegando hace algunos meses, vía Washington DC, luego de que Texas enviara también allí autobuses con indocumentados.

Con información de EFE

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