Opinión│ Creando un lugar de trabajo híbrido



Por Verónica Melián 

Cómo sacar lo mejor de la plantilla ha sido la pregunta favorita de los gurús de la gestión durante décadas. ¿Plano abierto? ¿Cubículos? ¿Despacho en caliente? ¿Qué tal la gestión a pie? La pandemia del COVID-19 interrumpió brutalmente este debate.

De repente, en todo el mundo se prohibió el trabajo en la oficina, excepto en ciertos trabajos en los que la oficina era esencial. El trabajo a distancia, que durante mucho tiempo estuvo en el centro de los debates sobre el “futuro del trabajo”, se convirtió en la nueva realidad, y la gestión a pie quedó totalmente descartada.

Casi dos años después de este cambio forzado, los resultados del experimento del trabajo a distancia a gran escala están empezando a salir a la luz. Desafían las ortodoxias del pasado y plantean nuevas preguntas.

La producción en casa

La disminución de la productividad, que tanto preocupaba a quienes se resistían a cualquier transición al trabajo a distancia, no se ha materializado. Al contrario, las primeras encuestas sugieren que los trabajadores se sienten más productivos trabajando desde casa. Es evidente que algunas partes de nuestro trabajo diario pueden hacerse tan bien a distancia como en la oficina, y muchos trabajadores están encantados de no tener que pasar horas de viaje, a menudo costoso, de casa a la oficina. Les resulta más fácil compaginar su vida familiar y laboral. Ven más a su familia. El cuidado de los niños y las actividades familiares pueden realizarse con menos dificultad.

Tensión en el aislamiento

Sin embargo, el aumento de la productividad también puede verse anulado por los efectos negativos del trabajo a distancia. Hay informes sobre el aumento de la ansiedad y la sensación de aislamiento, y algunos trabajadores encuentran que romper los límites entre el trabajo y el hogar significa que trabajan más horas. Además, asistir a reuniones en línea desde el entorno doméstico puede, para algunos, tener un impacto adverso en el bienestar y la motivación. También puede serlo la ausencia de las conexiones personales y humanas del lugar de trabajo. Los empleados pueden perder su sentido de pertenencia a la organización.

Un mundo no binario

Como resultado, la mayoría de los trabajadores no quieren volver a la oficina a tiempo completo, ni tampoco quieren trabajar totalmente a distancia. Cuando los líderes miran al futuro y deciden dónde se hará el trabajo, la decisión no debe verse como algo binario, o oficina a tiempo completo o totalmente a distancia. La mejor idea es ser más fluido. Lo que se necesita es un lugar de trabajo híbrido para una fuerza de trabajo equipada para operar desde cualquier lugar, de la manera que se sienta más productiva y comprometida. En Deloittela mayoría de los profesionales y los equipos de proyecto deciden el entorno de trabajo híbrido que mejor funciona para ellos y sus clientes. No hay obligación de pasar tiempo en la oficina.

La experiencia humana debe ser el centro del lugar de trabajo híbrido. Al fin y al cabo, los lugares de trabajo existen para ayudar a los empleados a trabajar de la mejor manera posible. Una perspectiva centrada en el ser humano incluye consideraciones sobre el rendimiento y la productividad, la capacidad de acceder al talento disperso, así como cuestiones de cultura, sentido de pertenencia y bienestar. Se trata de cómo colaboramos y permitimos el intercambio continuo de conocimientos.

El líder a distancia

Algunos de nuestros antiguos enfoques de trabajo deben ser abandonados o reimaginados. La tecnología diseñada para el uso en la oficina, la gestión del rendimiento que considera principalmente las interacciones cara a cara o las iniciativas aisladas de bienestar de los empleados pueden dejar de ser tan eficaces.

En Deloitte, hemos trabajado con nuestros clientes para crear un entorno adaptable que capacite a los empleados en el nuevo modelo de trabajo híbrido. Las iniciativas han incluido “campañas de trabajo flexible sin culpa” en las que se mostraron historias de éxito del nuevo modelo de trabajo. Los cursos se diseñaron para ayudar a los directivos a crear responsabilidad y arraigar una cultura de confianza en el nuevo entorno de trabajo. Las organizaciones también han rediseñado los espacios de trabajo, pasando de la oficina tradicional a entornos que fomentan la colaboración, con más espacios comunes para crear redes y debatir ideas. Fuera de estas áreas, las zonas tranquilas ofrecen espacio para el trabajo individual. Las inversiones en infraestructura virtual simplifican la conexión con los colegas a lo largo del pasillo, o al otro lado del mundo.

La adaptabilidad en el lugar de trabajo exige una comprensión matizada de las preferencias individuales de los empleados: la tecnología que utilizan, los lugares de trabajo físicos y digitales, la colaboración y los patrones de trabajo. Una talla no sirve para todos: el entorno debe ser flexible para fomentar la productividad y mejorar el bienestar.

Un futuro híbrido

Los cierres de COVID acabarán con el tiempo. Las organizaciones deben prepararse para una era flexible posterior al cierre, con una combinación de trabajo remoto y presencia en la oficina. El lugar de trabajo híbrido debe mejorar la experiencia de la plantilla, conectar a las personas y hacer hincapié en el bienestar y en los valores, el propósito y la cultura de la organización. Las empresas pueden ser más productivas e innovadoras, a la vez que potencian y comprometen a los trabajadores. El terrible calvario de COVID puede dejar todavía un buen legado.

Verónica Melián es Jefa de Capital Humano en Deloitte Suiza.

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