En la ‘Pequeña Ucrania’ en el East Village, en Manhattan, el joven guatemalteco Alberto Catú, quien trabaja como ‘deliverista’ para varios restaurantes de la Segunda avenida, observó este viernes tristeza en los rostros de muchos de los vecinos y propietarios de negocios de ese vecindario.
Mientras él realizaba sus repartos, alrededor del mediodía, muchos recibían noticias trágicas del avance de los ataques rusos a Ucrania por tercer día consecutivo.
“Uno se entera por internet de lo que está pasando en ese país. ¡Hay una guerra! Y de verdad esta comunidad de europeos es muy amable. Aunque no nos entendamos por el idioma, siempre tienen una sonrisa. Pero ahora lucen muy distintos”, contó Alberto, quien apenas tiene dos años en la Gran Manzana.
Lo que describe el centroamericano sucede en localidades neoyorquinas que son el corazón de la comunidad de inmigrantes ucranianos más grande del país, que se enraizó en la Gran Manzana huyendo de la Segunda Guerra Mundial. Ahora viven nuevamente el martirio a la distancia de un nuevo conflicto bélico.
Todo se está poniendo peor
Otro repartidor, el salvadoreño Miguel Zabala, comentó que llevaba unos productos a una señora en la calle 4 y estaba desconsolada.
“A la señora yo le he llevado pedidos siempre, pero yo no sabía que ella era de ese país en donde estalló esa guerra. Pero hoy entendí que era ucraniana. Y que todo se estaba poniendo peor”, comentó el inmigrante.
Miguel cree que de alguna manera todos “llegan aquí”, huyendo de un conflicto.
“Yo vine por los ochenta aquí a Nueva York, huyendo de una guerra civil. Y desde aquí he tenido que sufrir muchas cosas que siguen ocurriendo allá, por eso entiendo a esta gente. Todos los días pienso que a pesar del frío y lo duro, es una bendición estar aquí”, comparte el centroamericano de 45 años.
Hasta las 1 de la tarde los medios televisivos y digitales de Nueva York, cruzaban informaciones de “terror”, de lo que pasaba en Ucrania, y en una bodega de la avenida A, del Bajo Manhattan, el puertorriqueño Javier Idrogo, de 60 años, ya tenía algunas cuentas.
“Ya van más de 130 muertos y 300 heridos. ¡Y esto va comenzando!”, aseveró con tristeza el isleño.
fuente: El Diario NY
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