Opinión: Modificando mis distancias y cercanías en las relaciones.

 




Dr. Octavio Feliz Vidal.

Las relaciones de David y Saúl estuvieron marcadas por distancias y cercanías. Los intereses acercan y alejan a los seres humanos. Cuando era azotado por sus problemas de salud mental el arpa de David ejecutada a corta distancia acercaba a estos dos políticos. El uno un veterano y el otro un recién ungido. Una amistad y una relación sentimental o familiar están matizadas por momentos de distancias y cercanías. Nuestro genograma puede estar diseñado por pautas de lejanías o de cercanías.

Existen familias en las que se maneja mucha cercanía. En esas familias existen muchas fusiones, sobreprotecciones, hijos favoritos, hijas especiales, en detrimento de otros miembros de la familia. La familia de Jacob tenía un hijo favorito, especial: un hijo de grandes sueños, unos sueños con tantos brillos que molestaban las realidades de los demás hermanos de José. Las rivalidades entre hermanos tienen como estímulo la percepción de que uno es favorecido por uno de los padres en perjuicio del otro o la otra que alega la predilección. En consulta hay una tendencia de casi todos los padres, de no querer aceptar que tienen hijos muy cercanos o predilectos. Sin embargo en las entrevistas a otros miembros de la familia es muy fácil determinar con cuales hijos e hijas los padres tienen fusiones, ya que desde fuera se ve muy fácil lo que los padres no quieren conscientemente admitir.

En otras familias se tienen pautas de distancias como distintivas en las relaciones familiares. En esas familias se reacciona con alejamientos frecuentes. Con decisiones de alejarse de la cama marital muchas parejas manejan sus pautas de distancias. Dejar de llamar a los amigos y familiares cuando están molestos como pautas frecuentes. No visitar a amigos o descuidar amistades de larga data son patrones que repiten las personas que manejan distancia, aprendidas en el seno familiar, y que luego la extrapolan a sus relaciones sentimentales y a sus amistades. Son reacciones automáticas. Y lo grave sería llegar al máximo de las distancias que es el CORTE EMOCIONAL en el que algunos padres pueden decidir no comunicarse por diez, quince o veinte años con el hijo o hija con quien tuvieron un conflicto. O peor aún puede ser un corte emocional que dure la vida entera.
Nuestras relaciones pueden estar enfermas si manejamos mal nuestras distancias y cercanías. Si queremos crecer hay relaciones que debemos equilibrar y trabajar distancia. Alejarnos de las fusiones, de tener predilecciones, favoritismos como ocurre en los grupos, organizaciones, iglesias, clubes, ya que afectamos el crecimiento institucional de los grupos. Cuando nuestra enfermedad relacional es la distancia entonces debemos modificar nuestros patrones y tratar de buscar cercanía con aquellos familiares, amigos, o pareja que estamos descuidando.

El primer paso para el proceso del cambio sería reconocer que estamos manejando mal algunas de nuestras distancias y cercanías. Luego entrar a realizar tareas concretas para acercarnos o alejarnos. Podemos acercarnos al hijo con quien siempre tenemos dificultades y mejorar nuestra relación de persona a persona. Los padres que tienen fusiones con algunos hijos pueden alejarse un poco acercándose a otros miembros de la familia. En los grupos y organizaciones son frecuentes las quejas de los miembros e individuos por preferidos de los dirigentes. El cambio puede empezar a validando más a aquellos con quienes mantienen distancias, o con quienes no se llevan bien y alejarse de los que siempre favorecen. Cuando hacemos esto nos acercamos a Dios y a su justicia. Cuando no hay justicia en las relaciones aparecen las tensiones y los conflictos . En un proceso de cambio creceremos nosotros mismos, junto con nuestras familias, amistades y las organizaciones que dirigimos. Acercarse y alejarse es un proceso emocional que puede ser doloroso y generador de mucha ansiedad; pero el resultado será beneficioso para nuestras relaciones.

El autor es Médico y Terapeuta Familiar

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