No hay que llevar a cabo la reforma policial para informar de manera cabal lo ocurrido en Villa Altagracia.
La versión de que la patrulla se confundió se cayó por sus propios pies y no se volvió hablar de ella. A nadie que confundan se le disparan tantas balas, y la impresión es que a la pareja la querían muertecita.
La de que se perseguía a los ladrones de una pasola, no solo fue chiste malo, sino cruel. Demuestra lo poco que vale la vida humana en este país, pues se dispone de ella con facilidad asombrosa.
Nadie habla, como si a las autoridades les hubieran comido la lengua los ratones. La Policía no debe decir más.
Pero el Ministerio de Interior, la Procuraduría..., un silencio cómplice, una incapacidad inexplicable, creando la percepción de que se oculta algo, o si se confesara la verdad, se caería el Gobierno.
Los expertos, que no son astronautas porque andan entre nubes, van a auditar los procedimientos. Debieran mejor auditar el silencio, pues en lo que adelantan la reforma (y tienen un año para hacerla), esa Policía que actuó en Villa Altagracia será retén inexpugnable.
No por pandemia, por la Policía ¡Quédate en casa!
Fuente: Diario Libre
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